Es cada vez más común que en todas partes del planeta se venga desarrollando una campaña sistemática y constante en contra de las creencias espirituales del ser humano y muy especialmente de las creencias religiosas. Ello se debe en gran medida a la multiplicidad de descubrimientos que los científicos han venido realizando en los últimos tiempos lo que ha permitido despejar dudas, afirmaciones y hasta supersticiones que el hombre mantenía sobre los distintos aspectos del universo. Si bien es cierto que en el pasado lo que se consideró imposible e inalcanzable es hoy una realidad, que los primeros descubrimientos importantes fueron considerados actos de hechicería y que la religión fue un gran obstáculo para el avance científico, no es menos cierto que el principio de todo no ha podido ser explicado por ser humano alguno, sólo por las meras definiciones técnicas que normalmente se dan.
Como he manifestado en escritos anteriores, es más fácil controlar a las masas que no creen en nada, a aquellas que sienten respeto por un Dios, aunque ese dios sea invisible. Los ataques que normalmente se le hacen a las creencias religiosas, sea cual sea la religión, no provienen de otras religiones, sino de aquellos no creyentes, que consideran al ser humano como invencible, inescrutable y superior a cualquier organismo viviente, y que necesitan confundirnos para poder penetrar mejor en nuestras mentes y nuestras vidas, a través de un temor constante hacia situaciones que no existen. Atribuyen hechos catastróficos a castigos divinos o guerras religiosas para que perdamos la fe en nuestra religión u odiemos a otras religiones, pues es más fácil causarle temor al ser humano, que alegría, es fácil preocuparlo que hacerle reír. Por ende, resulta sencillo creer que otra religión nos odia, que hacernos entender que las creencias de una religión en nada afectan nuestras creencias propias. Al final se trata de inducirnos para que penetremos en un carril que en el nombre del consumismo amoral sólo beneficia económicamente a algunos pocos, tirando a la mayoría a una ignorancia que les permita controlarlos. Sus manifiestos buscan convencernos que la no comprobación de la existencia de Dios es razón suficiente para no creer, y más aun para confirmar que la teoría de Darwin y la inteligencia humana han sido los creadores del universo. Nada más egocéntrico para el hombre, pues al no poder explicar científicamente la validez de la presencia de Dios descarta de forma absoluta su existencia.
Observen por ejemplo a los noticieros de cualquier canal, la noticia principal de cada día son actos de violencia o guerra, cuando la realidad es otra. Las buenas noticias son más que las malas, pero las buenas no venden y no influyen, ya que todos hemos sido cuidadosamente guiados hacia estar pendientes de la fatalidad con un solo fin, el que tengamos miedo, perdamos la fe en Dios y mantengamos una ignorancia sobre las realidades.
Ahora bien, voy a darme a la tarea de analizar varios de los argumentos que utilizan los que adversan a la religión Católica, única que conozco bien, para que aquellos que la profesan sepan como defenderla.
Primeramente, es cierto e innegable que la religión Cristiana ha cometido errores a lo largo de su existencia, como lo son la Inquisición, el cobro de indulgencias, la creación de ejércitos guerreros, la forma violenta como se impuso en América, el Requerimiento, entre otros. Pero no es menos cierto que la Iglesia está constituida por hombres, y como tal somos imperfectos y pecadores. Es acaso el sacerdote o el creyente por sólo serlo un santo? Se convierte en divino aquel que profesa una religión, o es un ser humano común y corriente capaz de pecar, ser tentado y fallar? Sin embargo, como creyentes de cualquier religión buscamos la perfección y el cumplimiento de sus dogmas.
Una de las acusaciones constantes que recibimos es que la religión Cristiana es politeísta, ya que creemos en la Trinidad, en la Virgen y en los santos. La verdad es que nuestra religión es monoteísta, pues creemos en un solo Dios. Las otras creencias son a seres espiritualmente superiores a nosotros que utilizamos como mecanismos para llegar al Supremo.
Recientemente en Panamá se nos ha acusado de querernos imponer, inclusive a nivel constitucional, argumentando según los que nos adversan, que al hacerlo no se toman en consideración al resto de las religiones. Obsérvese que lo primero que buscan los que plantean esta teoría es ponernos en conflicto con otras religiones. Pero al margen de eso, debo indicarles que si nos remontamos a los inicios de nuestra República, el tema religioso no fue incluido en nuestra acta de independencia y ha sido una decisión de nuestros constituyentes a todo lo largo de la historia del país incluir en cada una de las constituciones y sus reformas el reconocimiento a la religión Católica como la principal de los panameños. Son estos legisladores quienes representan a un pueblo, por ende no ha sido una mera situación antojadiza de un grupo muy reducido.
Afirman los opositores al Cristianismo que los que lo profesamos lo hacemos, pues nuestros padres nos lo han inculcado y en muchos casos obligado. A ellos les respondo que como padre que soy siempre busco lo mejor para mis hijos, los asesoro, oriento y me gusta darles lo que yo considero que es lo mejor de la vida. Al final, cuando crecen, ellos se quedaran con lo que crean que es mejor, descartando o aceptando lo que les enseñe. Por eso en el Catolicismo existen varios pasos a seguir que buscan reafirmar lo que cada uno de los seres anhela hacer. Primeramente viene el bautizo, es allí donde los padres toman una decisión por nosotros, pues a esa edad no estamos en capacidad de discernir nada. Después viene la Primera Comunión, hasta allí todavía es la voluntad de nuestros padres la que prima. Finalmente, viene la Confirmación que es cuando en determinada edad se le cuestiona al ser humano sí desea continuar por el camino que nuestros padres escogieron para nosotros. Por supuesto habrá quien diga que inclusive en ese instante todavía existe presión de los padres frente a los acontecimientos personales, pero ello no es eterno y mi camino lo puedo variar en cualquier momento de mi existencia, o es que acaso el libre albedrío no se aplica para los Cristianos?
Los mayores adversarios del Cristianismo son aquellos que ponen en duda los Evangelios de la Biblia. Aquí debo admitir que ellos han manejado la situación con mucha astucia y la Iglesia ha fallado en defender de forma contundente las acusaciones. Por ejemplo, cuando se cuestiona ciertos hechos de la Biblia la Iglesia contesta que no se debe tomar la escritura literalmente, si no que se debe hacer una interpretación de los acontecimientos, pero cuando se hablan de otros escritos de la Biblia, entonces dice la Iglesia que allí se debe entender tal y como está expresado. Ahora bien, para que estemos claros, el Cristianismo no consiste en tener fe en la historia de Jesús, es una filosofía de vida y preceptos para conocer como llevar nuestras vidas y las relaciones con los seres humanos.
Los ateos creen que la ignorancia es el factor principal de la fe hacia una religión y un Dios invisible. Afirman que Jesus no existió, antes bien es un personaje creado por la Iglesia, ya que para el ser humano es más fácil creer en algo que vivió, que creer en algo cuya comprobación de existencia está por determinarse. Es acaso que los intelectuales y estudiosos no pueden tener fe en algo que no han visto?. No se debe pretender que porque un pueblo sea pobre e ignorante deba admitir que Dios no existe.
Sumergidos en la ignorancia religiosa nos vencerán los enemigos que quieren mantenernos en la oscuridad. Créanme las supuestas diferencias existentes entre los Católicos y los seguidores de otras religiones no son tales. Eso es de lo que precisamente nos quieren convencer.
Es cada vez más común que en todas partes del planeta se venga desarrollando una campaña sistemática y constante en contra de las creencias espirituales del ser humano y muy especialmente de las creencias religiosas. Ello se debe en gran medida a la multiplicidad de descubrimientos que los científicos han venido realizando en los últimos tiempos lo que ha permitido despejar dudas, afirmaciones y hasta supersticiones que el hombre mantenía sobre los distintos aspectos del universo. Si bien es cierto que en el pasado lo que se consideró imposible e inalcanzable es hoy una realidad, que los primeros descubrimientos importantes fueron considerados actos de hechicería y que la religión fue un gran obstáculo para el avance científico, no es menos cierto que el principio de todo no ha podido ser explicado por ser humano alguno, sólo por las meras definiciones técnicas que normalmente se dan.
Como he manifestado en escritos anteriores, es más fácil controlar a las masas que no creen en nada, a aquellas que sienten respeto por un Dios, aunque ese dios sea invisible. Los ataques que normalmente se le hacen a las creencias religiosas, sea cual sea la religión, no provienen de otras religiones, sino de aquellos no creyentes, que consideran al ser humano como invencible, inescrutable y superior a cualquier organismo viviente, y que necesitan confundirnos para poder penetrar mejor en nuestras mentes y nuestras vidas, a través de un temor constante hacia situaciones que no existen. Atribuyen hechos catastróficos a castigos divinos o guerras religiosas para que perdamos la fe en nuestra religión u odiemos a otras religiones, pues es más fácil causarle temor al ser humano, que alegría, es fácil preocuparlo que hacerle reír. Por ende, resulta sencillo creer que otra religión nos odia, que hacernos entender que las creencias de una religión en nada afectan nuestras creencias propias. Al final se trata de inducirnos para que penetremos en un carril que en el nombre del consumismo amoral sólo beneficia económicamente a algunos pocos, tirando a la mayoría a una ignorancia que les permita controlarlos. Sus manifiestos buscan convencernos que la no comprobación de la existencia de Dios es razón suficiente para no creer, y más aun para confirmar que la teoría de Darwin y la inteligencia humana han sido los creadores del universo. Nada más egocéntrico para el hombre, pues al no poder explicar científicamente la validez de la presencia de Dios descarta de forma absoluta su existencia.
Observen por ejemplo a los noticieros de cualquier canal, la noticia principal de cada día son actos de violencia o guerra, cuando la realidad es otra. Las buenas noticias son más que las malas, pero las buenas no venden y no influyen, ya que todos hemos sido cuidadosamente guiados hacia estar pendientes de la fatalidad con un solo fin, el que tengamos miedo, perdamos la fe en Dios y mantengamos una ignorancia sobre las realidades.
Ahora bien, voy a darme a la tarea de analizar varios de los argumentos que utilizan los que adversan a la religión Católica, única que conozco bien, para que aquellos que la profesan sepan como defenderla.
Primeramente, es cierto e innegable que la religión Cristiana ha cometido errores a lo largo de su existencia, como lo son la Inquisición, el cobro de indulgencias, la creación de ejércitos guerreros, la forma violenta como se impuso en América, el Requerimiento, entre otros. Pero no es menos cierto que la Iglesia está constituida por hombres, y como tal somos imperfectos y pecadores. Es acaso el sacerdote o el creyente por sólo serlo un santo? Se convierte en divino aquel que profesa una religión, o es un ser humano común y corriente capaz de pecar, ser tentado y fallar? Sin embargo, como creyentes de cualquier religión buscamos la perfección y el cumplimiento de sus dogmas.
Una de las acusaciones constantes que recibimos es que la religión Cristiana es politeísta, ya que creemos en la Trinidad, en la Virgen y en los santos. La verdad es que nuestra religión es monoteísta, pues creemos en un solo Dios. Las otras creencias son a seres espiritualmente superiores a nosotros que utilizamos como mecanismos para llegar al Supremo.
Recientemente en Panamá se nos ha acusado de querernos imponer, inclusive a nivel constitucional, argumentando según los que nos adversan, que al hacerlo no se toman en consideración al resto de las religiones. Obsérvese que lo primero que buscan los que plantean esta teoría es ponernos en conflicto con otras religiones. Pero al margen de eso, debo indicarles que si nos remontamos a los inicios de nuestra República, el tema religioso no fue incluido en nuestra acta de independencia y ha sido una decisión de nuestros constituyentes a todo lo largo de la historia del país incluir en cada una de las constituciones y sus reformas el reconocimiento a la religión Católica como la principal de los panameños. Son estos legisladores quienes representan a un pueblo, por ende no ha sido una mera situación antojadiza de un grupo muy reducido.
Afirman los opositores al Cristianismo que los que lo profesamos lo hacemos, pues nuestros padres nos lo han inculcado y en muchos casos obligado. A ellos les respondo que como padre que soy siempre busco lo mejor para mis hijos, los asesoro, oriento y me gusta darles lo que yo considero que es lo mejor de la vida. Al final, cuando crecen, ellos se quedaran con lo que crean que es mejor, descartando o aceptando lo que les enseñe. Por eso en el Catolicismo existen varios pasos a seguir que buscan reafirmar lo que cada uno de los seres anhela hacer. Primeramente viene el bautizo, es allí donde los padres toman una decisión por nosotros, pues a esa edad no estamos en capacidad de discernir nada. Después viene la Primera Comunión, hasta allí todavía es la voluntad de nuestros padres la que prima. Finalmente, viene la Confirmación que es cuando en determinada edad se le cuestiona al ser humano sí desea continuar por el camino que nuestros padres escogieron para nosotros. Por supuesto habrá quien diga que inclusive en ese instante todavía existe presión de los padres frente a los acontecimientos personales, pero ello no es eterno y mi camino lo puedo variar en cualquier momento de mi existencia, o es que acaso el libre albedrío no se aplica para los Cristianos?
Los mayores adversarios del Cristianismo son aquellos que ponen en duda los Evangelios de la Biblia. Aquí debo admitir que ellos han manejado la situación con mucha astucia y la Iglesia ha fallado en defender de forma contundente las acusaciones. Por ejemplo, cuando se cuestiona ciertos hechos de la Biblia la Iglesia contesta que no se debe tomar la escritura literalmente, si no que se debe hacer una interpretación de los acontecimientos, pero cuando se hablan de otros escritos de la Biblia, entonces dice la Iglesia que allí se debe entender tal y como está expresado. Ahora bien, para que estemos claros, el Cristianismo no consiste en tener fe en la historia de Jesús, es una filosofía de vida y preceptos para conocer como llevar nuestras vidas y las relaciones con los seres humanos.
Los ateos creen que la ignorancia es el factor principal de la fe hacia una religión y un Dios invisible. Afirman que Jesus no existió, antes bien es un personaje creado por la Iglesia, ya que para el ser humano es más fácil creer en algo que vivió, que creer en algo cuya comprobación de existencia está por determinarse. Es acaso que los intelectuales y estudiosos no pueden tener fe en algo que no han visto?. No se debe pretender que porque un pueblo sea pobre e ignorante deba admitir que Dios no existe.
Sumergidos en la ignorancia religiosa nos vencerán los enemigos que quieren mantenernos en la oscuridad. Créanme las supuestas diferencias existentes entre los Católicos y los seguidores de otras religiones no son tales. Eso es de lo que precisamente nos quieren convencer.