Recientemente, con grandes pompas y platillos, el canal de televisión National Geographic o NATGEO, anunciaba el descubrimiento del evangelio según Judas Iscariote. Posteriormente, en la edición escrita del mes de mayo de la revista, dedicaron un gran artículo al tema que es objeto de análisis en este escrito.
Como ya he manifestado en artículos similares del pasado, el problema con nosotros los Cristianos no es tanto la pasividad, sino nuestra falta de conocimiento hacía la religión que profesamos, lo que nos hace en muchos de los casos blanco fácil para aquellos enemigos históricos de la Iglesia Católica.
Inicia el texto de la revista que el escrito encontrado “revela que Judas fue en realidad el discípulo más fiel de Jesús”.
Primeramente, se hace necesario aclarar que este supuesto evangelio, no está reconocido por la Iglesia Católica, por lo que podríamos considerarlo un evangelio apócrifo, como existen otros tantos que no son motivo de este análisis. El hecho que se diga que se trata del evangelio de Judas, no quiere decir con ello que lo escribió éste. Como la mayoría de los evangelios, no fueron escritos por quienes aparecen como autores. Este caso no es la excepción.
Según los expertos estudiosos del documento, Judas aparece aquí como héroe, no como villano. Inclusive él es el único de los apóstoles que entiende el mensaje de Cristo. Adicionalmente, su papel fue el de entregar a Jesús a los sacerdotes haciendo cumplir así la profecía.
Por otro lado, revela la revista que en el año 180 Irineo, obispo de Lyon, conocía de este texto y se opuso directamente, argumentando que se trataba de una herejía.
Basados en estos pocos elementos que tenemos del “sorprendente” hallazgo, es claro que la versión es la visión de aquel que habiendo traicionado presenta argumentos para justificar su actuación.
Las argumentaciones rallan en lo ridículo, pues Jesús, quien ya causaba una revolución social al proponer ideas tales como trabajar los sábados y una oposición a todo el régimen imperante de la época, no requería para el momento en que fue apresado, del favor de nadie para que se diera la voluntad de Dios, ni para “liberar al Cristo real, al ser divino interior” como explica la revista.
Creen ustedes que Judas fue a ponerle la queja al sacerdote de lo que hacía Jesús, o que estos ya tenían conocimiento por las múltiples actuaciones que realizó?
Creen que Judas fue el que convenció a todo un pueblo para que votaran a favor de la liberación de Barrabás y pidieran la crucifixión de Jesús? Entonces si ello hubiera sido así, la capacidad de convencimiento de este señor era tal, que debía dedicarse a la política, pues sin lugar a dudas resultaría electo a cualquier puesto público.
Creen ustedes que siendo este señor el único que entendió el mensaje de Jesús, en vez de nombrarlo traidor era mejor nombrarlo fundador de la Iglesia? Y es más, si era tan conocedor del mensaje de Jesús cómo es que no se transmite en el evangelio encontrado para bien de la Iglesia y la humanidad. Sólo describe lo muy conocedor que era de algo que no nos contó y de cómo él fue quien hizo cumplir los designios de Jesús.
Pero claro, toda historia tiene varias versiones. Si hoy le pidiéramos a Hitler que escribiera su versión sobre el genocidio que cometió durante la Segunda Guerra Mundial, sin lugar a dudas, como Judas, su mensaje sería que él hizo lo correcto, que fue el único que entendió los problemas de su pueblo y que todos los demás estaban equivocados.
Pretender tratar de revindicar el nombre de quien, según todos los textos históricos ha sido siempre el traidor, es tratar de poner en duda, una vez más nuestras creencias.
Como siempre he dicho, al final no se trata de si a Jesús, lo crucificaron o dónde fue traicionado, se trata de qué nos enseñó. En qué está sustentada nuestra fe y cuáles son los principios Divinos que todo ser humano creyente de esta religión debe seguir.
Los cuestionamientos, descubrimientos reivindicatorios de traidores e historias que buscan desvirtuar la verdad de la religión Cristiana no son más que argucias de aquellos que están luchando sin cesar por desunirnos y destruir la Iglesia que se ha mantenido por dos mil años.
Recientemente, con grandes pompas y platillos, el canal de televisión National Geographic o NATGEO, anunciaba el descubrimiento del evangelio según Judas Iscariote. Posteriormente, en la edición escrita del mes de mayo de la revista, dedicaron un gran artículo al tema que es objeto de análisis en este escrito.
Como ya he manifestado en artículos similares del pasado, el problema con nosotros los Cristianos no es tanto la pasividad, sino nuestra falta de conocimiento hacía la religión que profesamos, lo que nos hace en muchos de los casos blanco fácil para aquellos enemigos históricos de la Iglesia Católica.
Inicia el texto de la revista que el escrito encontrado “revela que Judas fue en realidad el discípulo más fiel de Jesús”.
Primeramente, se hace necesario aclarar que este supuesto evangelio, no está reconocido por la Iglesia Católica, por lo que podríamos considerarlo un evangelio apócrifo, como existen otros tantos que no son motivo de este análisis. El hecho que se diga que se trata del evangelio de Judas, no quiere decir con ello que lo escribió éste. Como la mayoría de los evangelios, no fueron escritos por quienes aparecen como autores. Este caso no es la excepción.
Según los expertos estudiosos del documento, Judas aparece aquí como héroe, no como villano. Inclusive él es el único de los apóstoles que entiende el mensaje de Cristo. Adicionalmente, su papel fue el de entregar a Jesús a los sacerdotes haciendo cumplir así la profecía.
Por otro lado, revela la revista que en el año 180 Irineo, obispo de Lyon, conocía de este texto y se opuso directamente, argumentando que se trataba de una herejía.
Basados en estos pocos elementos que tenemos del “sorprendente” hallazgo, es claro que la versión es la visión de aquel que habiendo traicionado presenta argumentos para justificar su actuación.
Las argumentaciones rallan en lo ridículo, pues Jesús, quien ya causaba una revolución social al proponer ideas tales como trabajar los sábados y una oposición a todo el régimen imperante de la época, no requería para el momento en que fue apresado, del favor de nadie para que se diera la voluntad de Dios, ni para “liberar al Cristo real, al ser divino interior” como explica la revista.
Creen ustedes que Judas fue a ponerle la queja al sacerdote de lo que hacía Jesús, o que estos ya tenían conocimiento por las múltiples actuaciones que realizó?
Creen que Judas fue el que convenció a todo un pueblo para que votaran a favor de la liberación de Barrabás y pidieran la crucifixión de Jesús? Entonces si ello hubiera sido así, la capacidad de convencimiento de este señor era tal, que debía dedicarse a la política, pues sin lugar a dudas resultaría electo a cualquier puesto público.
Creen ustedes que siendo este señor el único que entendió el mensaje de Jesús, en vez de nombrarlo traidor era mejor nombrarlo fundador de la Iglesia? Y es más, si era tan conocedor del mensaje de Jesús cómo es que no se transmite en el evangelio encontrado para bien de la Iglesia y la humanidad. Sólo describe lo muy conocedor que era de algo que no nos contó y de cómo él fue quien hizo cumplir los designios de Jesús.
Pero claro, toda historia tiene varias versiones. Si hoy le pidiéramos a Hitler que escribiera su versión sobre el genocidio que cometió durante la Segunda Guerra Mundial, sin lugar a dudas, como Judas, su mensaje sería que él hizo lo correcto, que fue el único que entendió los problemas de su pueblo y que todos los demás estaban equivocados.
Pretender tratar de revindicar el nombre de quien, según todos los textos históricos ha sido siempre el traidor, es tratar de poner en duda, una vez más nuestras creencias.
Como siempre he dicho, al final no se trata de si a Jesús, lo crucificaron o dónde fue traicionado, se trata de qué nos enseñó. En qué está sustentada nuestra fe y cuáles son los principios Divinos que todo ser humano creyente de esta religión debe seguir.
Los cuestionamientos, descubrimientos reivindicatorios de traidores e historias que buscan desvirtuar la verdad de la religión Cristiana no son más que argucias de aquellos que están luchando sin cesar por desunirnos y destruir la Iglesia que se ha mantenido por dos mil años.