En las últimas semanas de diciembre me he pasado leyendo una multiplicidad de artículos relacionados con todas las pérdidas que tuvo Panamá y el mundo durante el 2016. Si bien las muertes de artistas y políticos famosos han sido el tema central, el asombroso resultado de las elecciones en los Estados Unidos o los innumerables escándalos a nivel local también son parte del balance.
Yo no quisiera hablar de lo que pasó, sino más bien de lo que queda pendiente por hacer y que resulta impostergable para este 2017.
Entre las cosas más sencillas por resolver está la reforma a la ley electoral. La historia ha demostrado que ante cada elección se realizan reformas que buscan perfeccionar el sistema del que hoy nos sentimos muy orgullosos. Pero si los diputados siguen postergando el tema sin razón aparente.
A nivel de la Corte Suprema de Justicia, por si lo habían olvidado, falta designar al magistrado que reemplace al licenciado Moncada Luna. ¿O es que le están guardado el puesto para que lo retome cuando salga de la cárcel? Su suplente, Abel Zamorano, sigue trabajando de manera eficaz y silente sin que nadie lo determine.
En materia legislativa y luego de un acalorado debate queda pendiente aprobar la tan esperada nueva ley que regula el negocio de fideicomiso en Panamá. Otro atraso de nuestra querida cámara de diputados que por estar estresados con los bonos y jamones navideños olvidaron discutir esta norma importante para la industria financiara del país.
Y hablando de la industria financiera…, el gobierno, además de pasar leyes que regulan tanto a la banca y ponerle más cargas para la famosa transparencia económica, debe recordar que también tienen el deber de apoyar en el 2017 a los bancos de este país negociando y consiguiendo corresponsalías bancarias, las cuales cada día se complican más. El tema no es solo entregar lo que nos piden los organismos internacionales sino también exigir.
En temas de corrupción que jamás hacen falta, en el 2017 debe destaparse de una vez y para siempre quiénes recibieron dinero de Odebrecht. Ya sé que se ha dicho y hasta escrito que Ricardo Martinelli y sus hijos recibieron parte, pero quisiera ver la lista completa, ya que no debemos olvidar que desde hace varios gobiernos, incluyendo el actual, la empresa brasileña ha sido galardonada con grandiosos proyectos, inclusive cuando la misma estaba siendo cuestionada en todas partes del mundo. Así que para el 2017, dejémonos de echarle únicamente la culpa al pasado presidente. Escarbemos todo.
Y por cierto, recordemos que se nos quedó también pendiente la nueva ley de contrataciones públicas. En este nuevo año y ante las circunstancias que nos rodean se hace necesario retomar el tema y sacarlo adelante.
No olvidemos a los inquilinos de Soho Mall o de la Estrella de Panamá, que habiendo invertido sus recursos en favor de la economía nacional, se han visto envueltos en una vorágine ajena en la que el gobierno central debe solucionar de forma definitiva en este año nuevo. El mundo comercial no solo lo compone la venta de las tiendas Felix, hay otros tantos esperando la misma ayuda.
En materia de salubridad, esperamos que en este 2017 se resuelva el problema de los medicamentos. En pleno siglo XXI, con los precios que tienen las medicinas, enfermarse es un lujo y si el 80% de la población nacional no cuenta con los recursos para hacerle frente a la adquisición de los medicamentos y a eso le agregamos una escasez inusual, la falta de agua en algunas comunidades y la no recolección de basura, tendremos una fórmula perfecta para que surjan nuevas enfermedades en el país.
Finalmente, el 2017 debe traer la tan esperada constituyente. Ya basta de seguir esperando y hasta emparchando la Constitución. La nación reclama un cambio radical en todas sus instituciones. Entonces, qué estamos esperando para acabar con la categorización de los dos tipos de panameños que dividen y marginalizan nuestro país: el simple ciudadano y el que goza por ley y constitución de muchas prebendas.
¡Que el 2017 sea mejor que el año que dejamos!
En las últimas semanas de diciembre me he pasado leyendo una multiplicidad de artículos relacionados con todas las pérdidas que tuvo Panamá y el mundo durante el 2016. Si bien las muertes de artistas y políticos famosos han sido el tema central, el asombroso resultado de las elecciones en los Estados Unidos o los innumerables escándalos a nivel local también son parte del balance.
Yo no quisiera hablar de lo que pasó, sino más bien de lo que queda pendiente por hacer y que resulta impostergable para este 2017.
Entre las cosas más sencillas por resolver está la reforma a la ley electoral. La historia ha demostrado que ante cada elección se realizan reformas que buscan perfeccionar el sistema del que hoy nos sentimos muy orgullosos. Pero si los diputados siguen postergando el tema sin razón aparente.
A nivel de la Corte Suprema de Justicia, por si lo habían olvidado, falta designar al magistrado que reemplace al licenciado Moncada Luna. ¿O es que le están guardado el puesto para que lo retome cuando salga de la cárcel? Su suplente, Abel Zamorano, sigue trabajando de manera eficaz y silente sin que nadie lo determine.
En materia legislativa y luego de un acalorado debate queda pendiente aprobar la tan esperada nueva ley que regula el negocio de fideicomiso en Panamá. Otro atraso de nuestra querida cámara de diputados que por estar estresados con los bonos y jamones navideños olvidaron discutir esta norma importante para la industria financiara del país.
Y hablando de la industria financiera…, el gobierno, además de pasar leyes que regulan tanto a la banca y ponerle más cargas para la famosa transparencia económica, debe recordar que también tienen el deber de apoyar en el 2017 a los bancos de este país negociando y consiguiendo corresponsalías bancarias, las cuales cada día se complican más. El tema no es solo entregar lo que nos piden los organismos internacionales sino también exigir.
En temas de corrupción que jamás hacen falta, en el 2017 debe destaparse de una vez y para siempre quiénes recibieron dinero de Odebrecht. Ya sé que se ha dicho y hasta escrito que Ricardo Martinelli y sus hijos recibieron parte, pero quisiera ver la lista completa, ya que no debemos olvidar que desde hace varios gobiernos, incluyendo el actual, la empresa brasileña ha sido galardonada con grandiosos proyectos, inclusive cuando la misma estaba siendo cuestionada en todas partes del mundo. Así que para el 2017, dejémonos de echarle únicamente la culpa al pasado presidente. Escarbemos todo.
Y por cierto, recordemos que se nos quedó también pendiente la nueva ley de contrataciones públicas. En este nuevo año y ante las circunstancias que nos rodean se hace necesario retomar el tema y sacarlo adelante.
No olvidemos a los inquilinos de Soho Mall o de la Estrella de Panamá, que habiendo invertido sus recursos en favor de la economía nacional, se han visto envueltos en una vorágine ajena en la que el gobierno central debe solucionar de forma definitiva en este año nuevo. El mundo comercial no solo lo compone la venta de las tiendas Felix, hay otros tantos esperando la misma ayuda.
En materia de salubridad, esperamos que en este 2017 se resuelva el problema de los medicamentos. En pleno siglo XXI, con los precios que tienen las medicinas, enfermarse es un lujo y si el 80% de la población nacional no cuenta con los recursos para hacerle frente a la adquisición de los medicamentos y a eso le agregamos una escasez inusual, la falta de agua en algunas comunidades y la no recolección de basura, tendremos una fórmula perfecta para que surjan nuevas enfermedades en el país.
Finalmente, el 2017 debe traer la tan esperada constituyente. Ya basta de seguir esperando y hasta emparchando la Constitución. La nación reclama un cambio radical en todas sus instituciones. Entonces, qué estamos esperando para acabar con la categorización de los dos tipos de panameños que dividen y marginalizan nuestro país: el simple ciudadano y el que goza por ley y constitución de muchas prebendas.
¡Que el 2017 sea mejor que el año que dejamos!