Fue un poco más que sorprendido como quede cuando pude leer y observar en un periódico las declaraciones de quien alguna vez fue un líder político en este país. Si existió una figura que luchó de frente contra la dictadura política-militar (entiéndase Fuerzas de Defensa y PRD) fue Ricardo Arias Calderón. Me tocó vivir todos aquellos años en los que fue objeto de tremendas persecuciones, observar la valentía con que cubría a una muchedumbre atropellada y apaleada por los llamados Doberman y batalloneros, como Balbina Herrera, y la forma como liderizó a un partido que llegó a convertirse en una guía segura para el triunfo contra la dictadura en el año 1989.
Pero como bien se dice, de lo sublime a lo ridículo sólo hay un paso. El declive de sus éxitos fue tan inesperado como inexplicable. En las elecciones de 1994, donde él era el candidato a la presidencia de la República por su partido, puso el carro del Partido Demócrata Cristiano al borde del barranco al ver que perdería irremediable y bochornosamente, y con toda comodidad se bajó, sentó a un copartidario al volante como candidato a la presidencia y lo empujó al barranco del fracaso.
Luego, el Partido tomó otros rumbos aliándose con aquellos que durante veintiún largos años los habían perseguido. Claro, para ellos esto es reconciliación nacional y las ansias de poder nada tienen que ver con este ínfimo detalle.
Ahora llegó el momento de renovar la membresía de la alianza con el PRD y el señor Ricardo Arias Calderon manifiesta de la manera más tranquila que, Arnulfo Arias se buscaba los golpes. Para los que les gusta la historia como a mí y para los que no la tienen clara, el golpe contra Arnulfo en 1941, fue una consecuencia directa de haberse portado como un total nacionalista. Si ahora, quieren cambiar la historia y decir que por pensar en Panamá, Arnulfo se buscó el golpe, creo que debemos analizar mejor la situación y ver que se trató de un acto heroico de panameño.
En 1968 su derrocamiento se debió a su interés por trasladar a ciertos militares panameños ávidos de poder a otros países. Cuál sería la visión de este ciudadano panameñista, que le costó la presidencia a los once días de haberse posesionado legítimamente, y al pueblo veintiún años de muertos, torturas y desapariciones de las que nadie habla, y cuyo cómplice silencioso fue el PRD, ese partido que ahora el PP respalda y que Arnulfo Arias jamás hubiese apoyado.
Dijo don Ricardo Arias Calderon en su discurso del pasado domingo: “Ya se terminó la pelea entre panameños, la lucha entre panameños, ahora yo puedo estrechar y saludar a nuestra candidata”. La lucha y la pelea terminaron en 1990, por cierto, gracias entre otros a usted. Hablar que el golpe de Estado de 1968 fue buscado por Arnulfo es la forma más absurda de justificar la alianza del PP con el PRD y tratar de echarle tierra al pasado oscuro del partido gobernante, sólo por llegar al poder.
Fue un poco más que sorprendido como quede cuando pude leer y observar en un periódico las declaraciones de quien alguna vez fue un líder político en este país. Si existió una figura que luchó de frente contra la dictadura política-militar (entiéndase Fuerzas de Defensa y PRD) fue Ricardo Arias Calderón. Me tocó vivir todos aquellos años en los que fue objeto de tremendas persecuciones, observar la valentía con que cubría a una muchedumbre atropellada y apaleada por los llamados Doberman y batalloneros, como Balbina Herrera, y la forma como liderizó a un partido que llegó a convertirse en una guía segura para el triunfo contra la dictadura en el año 1989.
Pero como bien se dice, de lo sublime a lo ridículo sólo hay un paso. El declive de sus éxitos fue tan inesperado como inexplicable. En las elecciones de 1994, donde él era el candidato a la presidencia de la República por su partido, puso el carro del Partido Demócrata Cristiano al borde del barranco al ver que perdería irremediable y bochornosamente, y con toda comodidad se bajó, sentó a un copartidario al volante como candidato a la presidencia y lo empujó al barranco del fracaso.
Luego, el Partido tomó otros rumbos aliándose con aquellos que durante veintiún largos años los habían perseguido. Claro, para ellos esto es reconciliación nacional y las ansias de poder nada tienen que ver con este ínfimo detalle.
Ahora llegó el momento de renovar la membresía de la alianza con el PRD y el señor Ricardo Arias Calderon manifiesta de la manera más tranquila que, Arnulfo Arias se buscaba los golpes. Para los que les gusta la historia como a mí y para los que no la tienen clara, el golpe contra Arnulfo en 1941, fue una consecuencia directa de haberse portado como un total nacionalista. Si ahora, quieren cambiar la historia y decir que por pensar en Panamá, Arnulfo se buscó el golpe, creo que debemos analizar mejor la situación y ver que se trató de un acto heroico de panameño.
En 1968 su derrocamiento se debió a su interés por trasladar a ciertos militares panameños ávidos de poder a otros países. Cuál sería la visión de este ciudadano panameñista, que le costó la presidencia a los once días de haberse posesionado legítimamente, y al pueblo veintiún años de muertos, torturas y desapariciones de las que nadie habla, y cuyo cómplice silencioso fue el PRD, ese partido que ahora el PP respalda y que Arnulfo Arias jamás hubiese apoyado.
Dijo don Ricardo Arias Calderon en su discurso del pasado domingo: “Ya se terminó la pelea entre panameños, la lucha entre panameños, ahora yo puedo estrechar y saludar a nuestra candidata”. La lucha y la pelea terminaron en 1990, por cierto, gracias entre otros a usted. Hablar que el golpe de Estado de 1968 fue buscado por Arnulfo es la forma más absurda de justificar la alianza del PP con el PRD y tratar de echarle tierra al pasado oscuro del partido gobernante, sólo por llegar al poder.