Si existe alguien a quien podamos atribuirle una vida dedicada a la educación y civismo panameño durante toda su trayectoria es a Ernestina Sucre Tapia.

Oriunda de Aguadulce, Provincia de Coclé, nace un 24 de noviembre de 1892. Hija de José Ángel Sucre Jiménez, novena de diez hermanos, inicia su vida estudiantil en la escuela primaria de su pueblo natal. Posteriormente dedica su atención al estudio de instrucción, en la Escuela Normal de Institutoras, donde obtiene el título de Maestra de Enseñanza Primaria en el año de 1913, graduándose con máximos honores.

Dedicó toda su vida a la educación, especialmente a impartir clases de Educación Física en distintas escuelas del país, destacándose su alumnado por extraordinarias presentaciones artísticas donde se combinaba la gimnasia con actuaciones de primer orden.

En el año 1908 en Inglaterra, Lord Robert Baden Powell fundó la asociación de Boy Scouts. El éxito fue tal que en 1910 Baden Powell con ayuda de su hermana Agnes, constituyó la asociación de Girl Scouts, la cual se expandió por todo el Mundo.

La profesora Ernestina Sucre convencida de lo importante que resultaba dentro de la formación educativa de las niñas estas organizaciones, por los principios que en ella se impartían, constituyó en 1931 el primer grupo de Muchachas Guías como parte del programa de Educación Física de la Escuela Profesional.

Habiendo tenido tanto éxito el desarrollo del mismo, el gobierno nacional creó e incorporó mediante la Resolución 389 de mayo de 1942 la Asociación de Mujeres Guías como una dependencia del Departamento de Educación Física del Ministerio de Educación, nombrando a la Profesora Sucre como Presidenta del Comité Ejecutivo, mediante Resolución No. 392 de 30 mayo de 1942. Con ello el movimiento se expandería a las escuelas oficiales y particulares.

Posteriormente, se reconoció a la Asociación de Muchachas Guías de Panamá como una organización sin fines de lucro en el año de 1951 designando a la señora Julieta Arias de Burda como Presidenta Nacional y a Ernestina Sucre como miembro vitalicio de la organización.

La obra más importante de la Profesora Ernestina Sucre fue sin lugar a dudas el haber sido la autora del Juramento a la Bandera Panameña. En efecto, el país en cuanto logró su independencia de Colombia inició todo lo conducente para poseer los símbolos patrios representativos de toda nación, o sea la bandera, el escudo y su himno nacional.

Sin embargo, el juramento de lealtad de la bandera nunca fue objeto de preocupación por nuestros próceres. Es por ello que la profesora Sucre comenzó la labor nacionalista de desarrollarlo. Concluido el mismo lo llevó ante el Presidente de la República Ernesto de la Guardia Jr., en 1959, quien sin pensarlo dos veces procedió a remitirlo a la Asamblea para que el Estado panameño lo adoptara.

En efecto, el 31 de enero de 1959 mediante la Ley 24, la Asamblea Nacional adoptó el texto propuesto por Ernestina Sucre el cual pese a lo poco extensivo que resultaba, transmitía un gran significado de civismo, respeto y fidelidad:

“BANDERA PANAMEÑA JURO A DIOS Y A LA PATRIA

AMARTE, RESPETARTE Y DEFENDERTE

COMO SÍMBOLO SAGRADO

DE NUESTRA NACIÓN.”

En adición el Órgano Ejecutivo hizo obligatorio, que el Juramento a la Bandera fuera recitado por el estudiantado en todos los planteles oficiales y particulares el primer día de clases semanalmente.

Ernestina Sucre fue merecedora de múltiples reconocimientos durante su vida por su incansable labor cívica, siendo la Orden Vasco Núñez de Balboa en Grado de Comendador el más significativo de todos.

Falleció un 26 de marzo de 1982 a sus 89 años, no dejó descendencia, pero sí un legado que acompañará a todos los panameños por siempre.